Os contamos como empieza la historia reciente de La Casa Azul y su apertura como alojamiento rural en Chelva
La historia es sencilla pero tiene algo de magia y encanto. Aunque no teníamos ninguna vinculación previa, nos encanta Chelva y su entorno. Creemos que es una de las zonas que más nos atrae de Valencia por sus gentes, su cultura y su entorno natural. La habíamos visitado varias veces en nuestras excursiones en moto y nos habíamos paseado por sus calles con encanto y bañado en sus rios.
Fue en una de esas excursiones en moto cuando al cruzar el pueblo vimos en la zona que nos gustaba un cartel de "se vende". Por casualidad el número de teléfono era fácil de recordar porque no paramos ni en principio mostramos interés. Fue al llegar a casa cuando nos empezó a dar vueltas el cartel y su número de teléfono. Por curiosidad, realizamos la llamada y el precio nos pareció muy interesante. No, no era la casa azul, pero si que inició nuestro interés por establecernos en Chelva.
En cuanto tuvimos ocasión, nos pusimos a buscar una casa en el pueblo, con la ayuda de Mª. José y su inmobiliaria en Chelva.
Vimos varias casas, todas ellas con su encanto, pero la que nos llamó poderosamente la atención, fue la que estaba situada en la Calle Benacacira, 78. Su fachada de ese azul recién pintado con las ventanas blancas nos puso fácil la decisión y en tan solo unas semanas ya estábamos con ella.
¿Y ahora qué?. Aunque la casa estaba muy bien cuidada por sus anteriores propietarios, nos dispusimos a hacer algunas mejoras que nos permitieran incorporar a esta casa de más de 200 años las comodidades del Siglo XXI y nuestro toque personal, y allá que nos pusimos. Tras varios meses y con nuestro cariño en cada detalle hemos podido poner en marcha un alojamiento para disfrutar de Chelva, tanto nosotros mismos como todos los que queráis compartir nuestra ilusión por este pueblo y sus gentes.